El gobierno de los EE.UU.:
"Los despachadores más grandes de violencia en el mundo"

14 de Septiembre de 2001 | Páginas 2 y 3

EL GOBIERNO de los EE.UU. reaccionó a los ataques en Nueva York y Washington, D. C., de la única forma que siempre lo ha hecho--armándose para imponer despiadadamente sus intereses militares, políticos y económicos alrededor del mundo.

Es esta historia lo que explica por qué millones de personas a través del globo desprecian al gobierno de los EE.UU.

Los EE.UU. crecieron literalmente usando la fuerza--incluyendo el genocidio de los indios americanos, la esclavitud de africanos y la conquista de la mitad de México--en el siglo 19. Emergieron como una potencia mundial durante la guerra Hispanoamericana de 1898, cuando las fuerzas armadas mataron a 2 millones de personas en las Filipinas.

Durante las próximas cuatro décadas, las intervenciones militares de los EE.UU. aumentaron--expandiendo el tamaño y aumentando la dominación de las corporaciones estadounidenses.

El general de los infantes de marina Smedley Butler describió ese período en sus memorias: "Yo pasé la mayor parte de mi tiempo como un matón de clase alta al servicio de los grandes negocios, de Wall Street y de los banqueros. En resumen, yo era un raquetero, un gángster para el capitalismo. Ayudé a hacer de México, especialmente Tampico, un lugar seguro para los intereses petroleros estadounidenses en 1914. Ayudé a hacer de Haití y Cuba lugares decentes para que los muchachos del National City Bank recaudaran sus ingresos. Ayudé en el ultraje de media docena de repúblicas de América Central en beneficio de Wall Street. El record de raqueteo es largo. Yo ayudé a purificar a Nicaragua para la casa internacional bancaria Brown Brothers desde 1909-1912. Yo traje la luz a la República Dominicana para los intereses americanos del azúcar en 1916. En China, ayudé a que la Standard Oil tomara su rumbo sin ser molestada".

Muchos creen que el papel de los EE.UU. en la Segunda Guerra Mundial fue diferente. Pero Washington luchó no por libertad, sino por la dominación del mundo. Los EE.UU. se rehusaron a bombardear las vías de ferrocarril que conducían a los campos de concentración durante el Holocausto. Pero dejó caer dos bombas atómicas en un Japón que moría de hambre y estaba virtualmente derrotado--tan sólo para demostrar su impresionante poderío militar y su disposición para usarlo.

Durante la Guerra Fría contra la desaparecida URSS, los EE.UU. armaron y equiparon a dictaduras asesinas alrededor del globo--los gobernantes militares de Corea del Sur, Somoza en Nicaragua, Pinochet en Chile, Mobutu en Zaire, el Shah de Irán y muchos más. Cuando Amnistía Internacional dijo en 1996: "A través del mundo, en cualquier día particular, un hombre, una mujer, o un niño es muy probablemente desplazado, torturado, matado, o ‘desaparecido’, a manos de gobiernos o grupos políticos armados. La mayor de las veces, los Estados Unidos comparten la culpa".

Todo esto fue justificado en nombre de luchar contra el comunismo--como lo fue la guerra en Vietnam. Esa intervención costó la vida de 58,000 soldados al servicio de los EE.UU. Las tácticas horrorosas del ejército de los EE.UU.--inclusive bombardeos en masa de blancos civiles, el napalm y masacres indiscriminadas--condujeron a la muerte de 3 millones de vietnamitas y otros asiáticos.

Fue esta carnicería lo que llevó al líder de la lucha por los derechos civiles Martin Luther King, hijo a oponerse a la guerra.

"Cogemos a jóvenes negros que han sido incapacitados por nuestra sociedad y los mandamos a 8,000 millas de distancia a garantizar las libertades en el sudeste de Asia que ellos no han encontrado en el sudoeste de Georgia ni en el este de Harlem", él dijo en una reunión anti-guerra en abril de 1967. "Yo no podría levantar nunca jamás mi voz contra la violencia de los oprimidos en los ghettos si no hablo claramente primero del despachador más grande de violencia hoy en el mundo--mi propio gobierno".

Durante la última década, los EE.UU. han sido la única superpotencia del mundo --y han continuado usando su poderío económico y militar para amoldar a las naciones más pequeñas y más débiles a su voluntad.

Washington impone las políticas del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial que aplastan a los pobres de Asia y América Latina.

Usó la alianza militar de la OTAN en Europa para emprender una guerra en los Balcanes. Y porque impone sanciones asesinas contra Irak y apoya la represión de Israel sobre los palestinos, los EE.UU. son odiados extensamente en el Medio Oriente.

Tales políticas inevitablemente rebotan sobre gente inocente en este país, según el experto en política exterior Chalmers Johnson predijo hace un año en su libro Blowback.

"El terrorismo por definición golpea a los inocentes para llamar la atención a los pecados de los invulnerables", él escribió. "Los inocentes del siglo 21 cosecharán los desastres inesperados de "rebote" (blowback) por las aventuras imperialistas de décadas recientes. Aunque la mayoría de los estadounidenses pueden ser ampliamente ignorantes de lo que era, y sigue siendo, hecho en su nombre, todos probablemente pagarán un alto precio--individual y colectivamente--por los esfuerzos continuos de su nación por dominar la escena global".

Si Bush y sus secuaces se salen con la suya, la tragedia humana terrible de los ataques en Nueva York y Washington será usada como un pretexto para ataques militares horribles por los EE.UU. que matarán a más gente inocente aún. Es por esto que debemos desenmascarar las exhortaciones falsas de Bush a defender la "libertad"--y oponernos a su campaña por la guerra.

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