El caso Posada Carriles: Un perdón de facto para un terrorista

Por Nicole Colson | junio-julio de 2007 | página 3

CUÁNDO UN terrorista no es terrorista? Cuándo él es un aliado y un operativo del gobierno de EE.UU. En mayo, una juez en EE.UU. desechó los cargos de violacion a la ley de inmigración contra el exiliado cubano derechista Luis Posada Carriles, notorio por su papel en la explosión de un avión comercial cubano en octubre de 1976, donde murieron 73 personas.

Posada Carriles está confeso también de otro atentado de bomba en un hotel en la Habana en los años noventa, y es conocido por haber estado en la nómina de la CIA durante la mayoría de los 1960 hasta los principios de los 1970.

En 1998, se jactó a la New York Times que él pagó a un mercenario salvadoreño por colocar una bomba en el Hotel Copacabana de La Habana. La explosión mató a un turista italiano.

Documentos de la CIA, recientemente desclasificados, indentifican a Posada y Orlando Bosch como los cerebros detrás del complot, citando una reunión entre los dos en Venezuela que ocurrió apenas antes del bombardeo. Posada se escapó de una prisión venezolana en 1985, sin embargo, antes de que su juicio civil se completara.

En el 2005, después de ser perdonado en Panamá por un complot para asesinar a Fidel Castro --como un favor a la administración Bush-- Posada Carriles entró a EEUU a hurtadillas. Luego, fue arrestado y se le acusó de violaciones de la ley migratoria.

Los tribunales estadounidenes rechazaron los pedidos de estradición tanto por Cuba como por Venezuela, sosteniendo que Posada sería torturado si se le mandaran a cualquier país, una grosera aserción viniendo del administrador de las prisiones de Guantánamo, Bagram y Abu Ghraib.

El juicio a Posada Carriles estaba a punto de comenzar en mayo cuando la jueza Kathleen Cardone desechó los cargos y liberó a Posadas, opinando que en su prosecución el gobierno había utilizado “fraude y engaño” para construir su caso.

Por ejemplo, que Posada, quien habla inglés, no contón con la traducción apropiada durante su entrevista inicial después de su arresto, era inapropiada y causó un “malentendido”. Ni los tribunales ni la administración Bush han tomado el mismo cautela con los derechos de los más de 221,000 indocumentados que fueron deportados por Immigration and Customs Enforcement (ICE, por sus siglas en inglés) el año pasado.

El verdadero crimen aquí es que un terrorista como Posada Carriles le sea permitido caminar en libertad --mientras que los indocumentados viven bajo el temor constante de ser deportados y separados de sus familias.

Así como lo pusiera Albor Ruiz, columnista de New York Daily News: “Mientras miles de inmigrantes pobres, decentes, y trabajadores son encarcelados en condiciones terribles, Luis Posada Carriles, un hombre peligroso que tiene un largo protuario criminal y con una orden de deportación pendiente, fue liberado . . . A medida que cientos de familias inmigrantes son destruidas despiadamente por las redadas y deportaciones, per a este hombre deshonesto lo mandaron a su hogar, su esposa y sus niños.”

Traducido por Lance Selfa

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