El caso por una alternativa socialista

abril-mayo de 2009

EN UN mundo de guerra, opresión y crisis económica, la necesidad de un cambio fundamental jamás ha parecido más urgente. TODD CHRETIEN examina las alternativas que tenemos para hacer un nuevo futuro.

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LA CRISIS económica en curso ha derribado la ficción de que hay una suerte de muro de hierro entre la política y la economía.

Por décadas los partidarios del libre mercado lucharon por liberar su sistema de la "mediación" de gobiernos y burocracias. Pero cuando las apuestas se derrumbaron, Wall Street y sus amigos en Washington se deshicieron de su paradigma antigubernamental como de una papa caliente.

El secretario del tesoro de Bush, y ex secretario ejecutivo de Goldman Sachs, Henry Paulson lideró la carga demandando el desembolso de $700 mil millones del dinero de los contribuyentes para administrar el desastre.

Este giro de 180º destruyó los últimos vestigios del consenso a favor de un libre mercado sin cadenas entre amplios sectores de la elite política y del mundo de los negocios. Nada menos que el ex jefe de la Reserva Federal, Alan Greenspan --una ves llamado "el maestro" por sus fanáticos por su supuesto genio en orquestar la economía-- admitió en octubre haber encontrado un "defecto" en su ultra-liberal fe en el libre mercado que llevo al reventón de la burbuja inmobiliaria y el subsecuente desbarranco de la economía.

Encima de todo lo ocurrido, los Tres Grandes productores automovilísticos están ahora en caída libre y están advirtiendo de que ellos tendrán que ir a la bancarrota si el gobierno no los rescata, como hizo con los bancos.

De acuerdo con el New York Times, Barack Obama está "mirando al Nuevo Trato" con el fin de inspirar y guiar su plan para estimular la economía y crear 2.5 millones de empleos durante su primer término.

Esto ha llevado al reconocimiento de que la "economía" es tan "política" como lo es el matrimonio gay. Esto es, no hay una "mano invisible" que administre la economía, mientras los electores y políticos deciden "problemas sociales" como el aborto, la protección ambiental, la salud y la educación.

Tampoco hay una suerte de "interés nacional" abstracto que gobierne intervenciones del ejército estadounidense aisladamente de la política doméstica. Todo esto es político y todo está relacionado.

Afortunadamente, la elección de Obama representa un renovado interés en la política en un momento importante. La pregunta es: ¿Qué ideas políticas y estrategias están disponibles y cuales debemos adoptar?

Yo creo que hay cuatro variedades básicas de donde escoger: 1) La derecha; 2) Liberalismo desde arriba; 3) Liberalismo desde abajo; y 4) Cambio Revolucionario y Socialismo. Por supuesto, este es una descripción simplificada, pero el punto es insistir sobre la necesidad de pensar por medio de ideas que guían nuestras acciones políticas.

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La derecha

Mientras no hay duda que pocos o ninguno de lectores de SocialisWorker.org pueda considerar esta opción, es importante comprenderla. Después de todo, la derecha ha dominado la política estadounidense desde 1980.

Parcialmente, lo hizo movilizando una base extremadamente racista, sexista, homofóbica y nacionalista --la así llamada Derecha Cristiana. No obstante, el poder de esta base fue siempre sobredimensionado y, al final, se basó en su uso por los grupos dominantes de la clase dirigente para traer a los Republicanos al poder con el propósito de golpear los sindicatos, desmantelar la red de seguridad social y rearmar al Pentágono. En resumen, la Derecha Cristiana fue el ariete de Wall Street.

Un indicio temprano de que este matrimonio por conveniencia estaba terminando fue el decisivo apoyo que los pudientes estadounidenses dieron a Obama, en comparación con John McCain, durante la elección. Sin sus agnósticos jefes a la cabeza, la Derecha Cristiana ha sido reducida a gritar "¡Mátenlo!", como lo hicieron en las manifestaciones de McCain, con Sarah Palin como su principal vocera.

Las divisiones en esta coalición, ilustrada con la ruptura post electoral entre Palin y McCain, han resultado en la temporal fragilidad para ambos. Sin embargo, esto no significa que se rendirán. De hecho, la facción "Mátenlo" de la extrema derecha, aunque marginalizada, puede bien crecer más agresiva en los años por venir. Pero la Derecha está alicaída por ahora y ahí debe ser mantenida dondequiera que muestre su rostro intolerante.

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Liberalismo desde Arriba

La elección de Barack Obama como presidente señala el renacimiento del liberalismo oficial en la política estadounidense. Este desarrollo es bienvenido, pero es importante entender exactamente qué significa.

Liberalismo desde arriba no es una "desviación" marginal en la historia estadounidense. De hecho, ha sido frecuentemente dominante por largos períodos.

Por ejemplo, desde la elección de Teddy Rooselvet en 1900 hasta el final de la segunda administración de Wilson Woodrow en 1920, el gobierno de Estados Unidos, o por lo menos poderosos grupos en su interior, promovió la ruptura de monopolios capitalistas, la prohibición del trabajo infantil, la expansión de educación pública, la conservación medioambiental y el sufragio femenino.

Después de que la derecha tomó los clamorosos años veinte a la Gran Depresión de los treinta, el segundo Roosevelt, FDR, rigió desde 1932 a 1945, trayendo el "Nuevo Trato".

El liberalismo oficial no adoptó el socialismo en esos tiempos, como la derecha suele decir. Más bien, el capitalismo en las últimas décadas de los años 1800 y 1920 se hizo tan propenso a las crisis y desestabilizador que el "libre mercado" requirió la ayuda visible del gobierno para enderezar sus aferes y restablecer las ganancias.

El propósito no fue derrocar el sistema, sino defenderlo. Como FDR lo puso: "Yo soy el mejor amigo que sistema de ganancias jamás tuvo."

En orden de aprobar las leyes antimonopolio o el "Nuevo Trato", el Liberalismo desde Arriba necesitó superar la resistencia dentro de la clase dirigente, lo cual significó apelar a la clase trabajadora, limitada y temporalmente, con el fin de realizar los ajustes necesarios. He aquí la oposición de Teddy Rooselvet al trabajo infantil, la inicial tolerancia de FDR a la organización sindical y su apoyo al Seguro Social.

No obstante, hubo estrictos límites a lo que el Liberalismo desde Arriba estaba dispuesto a conceder. Durante este entero período, el segregacionismo Jim Crow reinó absolutamente en el sur y los oficiales liberales se rehusaron a aprobar leyes anti linchamiento. Más aún, el "Nuevo Trato" no terminó con la Depresión; la Segunda Guerra Mundial lo hizo.

Orgánicamente, el Liberalismo desde Arriba está primera y principalmente preocupado por ganar el Congreso y la presidencia, y primordialmente depende del Grandes Dineros para esto. Pero a veces también puede "convocar las tropas", especialmente en momentos electorales, con el fin de derrocar a poderosos oponentes. Así, FDR se apoyó en los sindicatos para obtener su voto y Obama, a pesar de los millones de dólares que juntó, tuvo que organizar una gigantesca operación de voluntarios para vencer primero a Hillary Clinton y luego a John McCain.

Este es un hecho tremendamente importante. Los millones de miembros sindicales, estudiantes universitarios y gente común y corriente que trabajaron en la campaña de Obama no fueron accesorios opcionales. Ellos construyeron la diferencia entre la victoria y la derrota, y deben estar orgullosos de sus esfuerzos.

Especialmente temprano en las primarias, Obama apeló a la idea de construir un "movimiento" y habló del movimiento por los derechos civiles y del laboral como modelos para la organización de su campaña. El hecho de que ganó usando este imaginario y retórica muestra la imperante sed de acciones en contra de la pobreza, el racismo y la guerra.

Ahora, la pregunta es: ¿Qué querrá hacer Obama con esta masiva organización de voluntarios? ¿A dónde los guiara? El escenario más probable es que quiera mantener viva dicha fuerza para apoyar a los Demócratas en las elecciones legislativas del 2010 y para un segundo término en el 2012. Pero él no desea permitirle vida independiente alguna.

Ciertamente, mucha gente estará feliz de acomodarse a esto. "Después de todo", ellos dirán "si todo lo que Obama necesita es una operación de voluntarios para ganar las elecciones, y después el puede llevar a cabo las reformas positivas en nuestro nombre, ¿no tiene esto sentido?"

Esto idea parece razonable. Pero es importante mantener en la mente los límites de los que sus predecesores estuvieron dispuestos a hacer.

De hecho, hay un lado oscuro al Liberalismo desde Arriba. Ambos Rooselvet y Willson abogaron por, y emplearon el poder militar para, transformar Estados Unidos en el más grande poder imperialista que el mundo jamás conoció. Bajo la consigna de "civilizar" a los pueblos colonizados, el Liberalismo desde Arriba nunca ha rechazado "empuñar un gran bate."

Hoy, las decisiones de Obama de mantener en su administración al Secretario de Defensa de Bush William Gates y de designar a Hillary Clinton como Secretaria de Estado --por no mencionar su promesa de conducir una escalada militar Afganistán-- indican que pretende permanecerse con firmeza a esta tradición.

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Liberalismo desde Abajo

El liberalismo en Estados Unidos siempre ha tenido dos lados. El Liberalismo desde Abajo tiene una poderosa historia en los Estados Unidos, incluyendo algunas secciones moderadas del movimiento antiesclavista, las sufragistas, muchos de los líderes del movimiento por los derechos civiles, del laboral y más recientemente, de anti bélico, desde Vietnam a Irak.

El Liberalismo desde Abajo ha frecuentemente desarrollado una poderosa crítica del Liberalismo desde Arriba. Una y otra vez, el conflicto entre los activistas de base y sus supuestos voceros en altos puestos ha inspirado luchas políticas inspiradoras. En los años 1930, los líderes sindicales se cogieron del tibio reconocimiento por parte de FDR del derecho de organizar para lanzar una ola de huelgas, pero los oficiales de FDR, supuestamente "pro sindicales", repetidamente se alinearon con los patrones.

La "Carta desde una cárcel de Birmingham" de Martín Luther King Jr. denunció a los liberales tradicionales que argumentaron que los derechos civiles deberían "esperar" hasta que el poder estuviese listo para entregar la legislación. King atacó esta idea y argumentó que sólo una acción masiva podría forzar la mano de los políticos. Fundamentalmente, King tuvo que amenazar al Liberalismo de Arriba para forzarlo a hacer lo que había dicho que haría.

En 1964, Estudiantes por una Sociedad Democrática (SDS, por sus siglas en inglés) adoptó la consigna "A medias andas con LBJ" basado en la promesa de Lyndon B. Johnson de no intensificar la guerra de Vietnam. Cuando dentro de semanas de su elección él hizo exactamente eso, SDS tuvo una opción --apoyar al Liberalismo de Arriba u organizar un movimiento masivo para detener la guerra.

Por supuesto, la tensión entre el Liberalismo de Arriba y el Liberalismo de Abajo no es siempre tan obvia. Por ejemplo, la Federación Americana del Trabajo-Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO, por sus siglas en inglés) gastó decenas de millones de dólares y millones de en voluntarios para que Obama fuera elegido. Y Obama repetida y francamente prometió impulsar la Ley de Libre Elección del Empleado (EFCA, por sus siglas en inglés), las cual si se aprueba, podría conducir a una sindicalización masiva.

Si Obama mantiene su palabra, el mayor enemigo serán los Republicanos, los Demócratas conservadores y sus amigos de WalMart, quienes tratarán de bloquear EFCA. Esto podría guiar a una situación en la cual Obama y la AFL-CIO estén del mismo lado para una batalla crucial, por lo menos temporalmente.

Sin embargo, la profundidad de la crisis económica y las guerras en curso en Irak y Afganistán significan que la escala de reformas necesarias para terminar el sufrimiento van más allá de lo que Obama está preparado a respaldar.

Por ejemplo, su plan de gasto de recursos federales para crear (o salvar) 2,5 millones de empleos es un bienvenido cambio, pero será insuficiente para terminar el desempleo en el país. Actualmente, hay por lo menos 15 millones de desempleados o involuntariamente empleados a media jornada. Reducir este número al 15 por ciento es un buen comienzo, pero difícilmente una solución.

Entre lo que Obama ha ofrecido, lo que sus amigos en Wall Street están dispuestos a apoyar y las necesidades de la vasta mayoría de la clase trabajadora estadounidense hay un verdadero potencial para desarrollar la lucha en los años venideros.

Concretamente, si el Liberalismo de Arriba es la respuesta de la parte de un grupo de la clase dirigente a los excesos del sistema que apoya, el Liberalismo de Abajo es la lucha contra lo inadecuado de esa respuesta. De cualquier forma, políticamente se mantiene una lucha que acepta que el capitalismo puede ser corregido --incluso si este debe hacerse en contra de la voluntad de algunos capitalistas.

Orgánicamente, el Liberalismo de Abajo ha desarrollado estructuras sindicales y de movimientos que son lejos más duraderas y efectivas que meras máquinas electorales. La Asociación para el Avance de Gente de Color (NAACP), la Organización Nacional de la Mujer (NOW), la AFL-CIO y otras han movilizado un gran número de gente en busca de sus importantes metas.

Como sea, la mayoría del tiempo sus liderazgos han aceptado simultáneamente la idea de que ellos deben poner sus recursos a disposición del Liberalismo desde Arriba en tiempo de elecciones. Esta devoción por recursos y energía ha sido frecuentemente mal situada y no ha llevado al incremento de su poder como movimientos sociales, sino a todo lo contrario.

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Cambio Revolucionario y Socialismo

A lo largo de la historia de los Estados Unidos y lado a lado del Liberalismo de Abajo, una visión más radical de la sociedad ha luchado por influencia.

Desde la Guerra de la Revolución y la lucha por la independencia hasta la Guerra Civil y la lucha por abolir la esclavitud, ha habido revolucionarios como Thomas Paine y Sojourner Truth quienes entendieron que el Liberalismo de Arriba sólo a regañadientes buscaría reformas.

Desde el inicio de l siglo XX, esa tradición revolucionaria ha sido encarnada en el movimiento socialista, el cual incluye a los Obreros Industriales del Mundo (IWW), el Partido Socialista, el Partido Comunista, el Partido de las Panteras Negras y otros grupos socialistas en los años 1960.

¿Por qué el socialismo? Dos razones.

Las Naciones Unidas estima que más de 2 mil millones de personas alrededor del mundo viven con menos de $2 dólares al día, mientras que 6 millones de niños mueren de inanición o de enfermedades fácilmente prevenibles cada año. Este es un nuevo Holocausto cada año.

Tenemos la absurda situación de carecer de fondos para desarrollar tecnología de energía sustentable, mientras que Estados Unidos gasta más de $100 mil millones al año para asesinar iraquíes por petróleo. Tenemos la más avanzada tecnología médica en el mundo, pero 45 millones de personas no tienen seguro médico.

Estos absurdos --en resumen, la contradicción entre la capacidad de crear y la incapacidad del capitalismo para distribuir a cada uno-- ayudó a crear el movimiento por el socialismo, con el propósito de tomar el poder de las manos de los grandes ricos, quienes usan su riqueza para su interés personal, para ponerlo en las manos de la gente que en realidad hace el trabajo.

Los socialistas creemos que los trabajadores no sólo tienen el derecho de tomar la economía y conducirla democráticamente, sino además que si no lo hacen, los capitalistas continuarán por el camino de las guerras y la ruina hasta destruir el planeta.

La otra fuente del movimiento socialista viene de experimentar las limitaciones del Liberalismo de Abajo y la pregunta que ha emergido una y otra vez: ¿Aceptamos los límites impuestos a la lucha, o vamos más allá de estos, cuestionando el sistema entero?

Por ejemplo, fue en la lucha para forzar a FDR a mantener sus promesas que condujo finalmente a los sindicalistas a organizar una serie de huelgas generales en 1934, fijando el escenario para la fundación del Congreso de Organizaciones Industriales en 1935 y las masivas huelgas de brazos caídos que le siguieron.

Los líderes sindicales liberales tuvieron miedo de lanzar estas huelgas porque podrían significar confrontar a la policía y abochornar a FDR. Esto llevó a los socialistas y comunistas a decir "Si la opción es entre la amistad con FDR y ganar una huelga, nosotros decimos huelga."

Martir Luther King Hijo siguió un camino similar. Él ayudó a terminar con las leyes segregacionistas Jim Crow, pero también reconoció que la pobreza y la discriminación institucionalizadas han permanecido, lo cual lo guío a señalar que, "Tienes que preguntarte cómo la gente puede andar sedienta en un mundo que esta cubierto con dos terceras partes de agua."

Esta pregunta nos lleva en la dirección de la crítica socialista del capitalismo.

King tuvo una decisión que hacer acerca de Vietnam. El Liberalismo de Arriba insistía en que la causa de los derechos civiles podría ser dañada si tomara una postura antiguerra. En esencia, LBJ ofreció derechos civiles a cambio del apoyo de King para asesinar gente vietnamita. King pudo tomar la oferta, pero él valientemente declaró en 1966 que "mi gobierno es el principal proveedor de violencia" en el mundo.

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¿Qué tipo de Organización?

Los socialistas creemos que el primer paso es juntar a todo aquel o aquella que comparta este punto de vista en una organización política o partido. Pero debido al control capitalista de los medios, y debido a que a los trabajadores se les ha enseñado a someterse al patrón y a "aquellos que saben más", la mayoría de las veces, las ideas socialistas permanecen al margen de la sociedad. Así que para ser un socialista, tienes que prepararte a ser una minoría.

En y por si mismo, esto no debería asustar a ninguna persona seria que busca cambiar al mundo. Cada movimiento poderoso que ha cambiado algo empieza como una opinión minoritaria.

Sin embargo, existe el peligro de que la minoría pueda conformarse con "conocer y saber más" --y estar feliz con estar "correcta". Este es una receta para arrogancia y sectarismo. Como Marx lo señaló: "Los filósofos han interpretado al mundo; el punto, empero, es transformarlo".

Esto significa que una vez haber decidido estar de acuerdo con las ideas socialistas, algo debe hacerse al respecto. No importa cuán pequeñas, las organizaciones socialistas deben siempre buscar poner sus ideas en práctica en cualquier movimiento real combatiendo al sistema, grandes o pequeños.

Y porque el Liberalismo desde Arriba ayuda a legitimizar al Liberalismo desde Abajo, debemos participar también en movimientos y organizaciones que no tienen una perspectiva socialista. En vez, ellos buscan ganar reformas dentro del sistema, como sindicatos más fuertes, derechos para inmigrantes, matrimonio gay, derecho al aborto y más.

Nosotros hacemos esto por dos razones. Primero, deshaciéndonos del capitalismo será una larga y dura pelea y la única gente con suficiente fuerza para hacerlo es la inmensa mayoría de la clase trabajadora. El único modo en que ella aprenderá a enfrentar el sistema entero es empezando a enfrentarse a algunos aspectos limitados de éste.

En otras palabras, no puedes aprender a nadar leyendo un libro. Aprendes a nadar yendo al agua -- aunque es mejor si empiezas en las aguas bajas.

En segundo lugar, una vez que la clase está activa se vuelve más receptiva a nuevas ideas y estrategias. En la Guerra Civil, los soldados blancos del norte fueron a la guerra para mantener la Unión, pero un número de ellos terminó peleando por los derechos de los esclavos.

Eugene V. Debs entró a la política como un Demócrata y terminó lanzándose para presidente como un socialista desde la prisión, por órdenes de una administración Demócrata, luego de que él se opusiera a la Primera Guerra Mundial. Malcolm X comenzó como un criminal callejero para luego emerger como uno de los principales revolucionarios del mundo. La acción política transforma gente.

Por eso, los Socialistas no se mantienen apartados de esa lucha, sino buscan participar al lado de la gente aunque ésta mantenga ideas diferentes.

En esa lucha común, hay una batalla de ideas. El liberalismo desde Arriba constantemente busca poner límites y condiciones en la lucha. Líderes de los movimientos que representan al Liberalismo de Abajo argumentan su punto de vista. Frecuentemente, ese punto de vista es tan penetrante que es visto como de "sentido común", pero es de hecho, una ideología altamente desarrollada. Los socialistas tratan de jalar en la otra dirección, rumbo a la participación de masas, reformas más radicales y cuestionando al sistema entero.

El periodo político por venir será muy estimulante, pero también complejo. Barack Obama empujará a veces en la dirección correcta, pero también ha hecho explicito que el intenta defender los pilares del capitalismo e imperialismo estadounidense.

Los Socialistas nos sumaremos a cada lucha que podamos para empujar reformas que favorecen a la clase obrera: por el matrimonio gay, el derecho al aborto, la legalización para inmigrantes indocumentados y el fin de las guerras. Sin embargo, nosotros también argumentaremos en contra de aceptar los límites puestos en la lucha, o los podridos compromisos que pueden, por ejemplo, confrontar negros en contra de gays y lesbianas, nativos contra trabajadores inmigrantes, desempleados contra sindicalistas. Y en el proceso, nosotros trataremos de reclutar más y más gente a un punto de vista socialista.

No estás obligado a estar de acuerdo con los socialistas. Pero tienes la responsabilidad de participar en el esfuerzo para transformar el mundo, y a estudiar historia y política con el fin de aclarar lo que tú crees será el mejor camino hacia delante.

Si tienes confianza en el Liberalismo desde Arriba, entonces estúdialo de tal forma que puedas explicar tus ideas y trata de ganar más gente a esta perspectiva. Esto lógicamente lleva al intento de reformar o fortalecer al Partido Demócrata como tu tarea principal.

Si crees que el Liberalismo desde Abajo es una estrategia más realista para el cambio, entonces deberías aprender lo que realmente paso en la década de los años 30 y durante los movimientos de los derechos civiles y antiguerra de los años 60, con el fin de evitar la repetición del Macartismo y Reaganismo.

Si estás interesado en el punto de vista socialista revolucionario, entonces encuentra una forma de reunirte y discutir ideas con los socialistas en persona o en línea y únetenos cuando organizamos en torno a urgentes problemas actuales.

La política no es un deporte de espectadores. Salta a la cancha.

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